sábado, 8 de septiembre de 2007

Viene, viene.... tu madre, que!

En uno de estos dias de la semana, por estarme durmiendo tarde leyendo blogs francamente medio pendejos (parecidos a este), obviamente desperte a una hora impropia para ir a trabajar ( los que me conocen saben que el que me suceda algo como esto es una situación terriblemente inusual), y termine saliendo de mi casa a eso de las 9:20, llegando al area donde estaciono mi coche como 9:45 (que es en la calle, por que, si , soy medio marro, es mas, aun no logro distinguir si soy mas marro que huevon) hasta la madre, no se podía encontrar lugar ni para un pinche triciclo, además teniendo en cuenta que mi carro es medio lancha, la escena se volvió mas compleja.

Después de estar dando como 5 vueltas a la pinche colonia tuve que contemplar 3 opciones, una consistía en que me regresaba a mi casa y argumentaba que habia contraído una enfermedad tropical exótica en mi ultimo viaje y que a apenas se habia manifestado (algo que se oyera cabron, como Leishmaniasis ), otra era arriesgarme a la grua y poner el carro casi en la esquina(aunque con lo perros que andan los grulleros, era como regalarles dinero), y la ultima, era irme a un estacionamiento y pagar el dia. Decidí esta ultima, aunque para variar los pinches estacionamientos estaban también hasta la madre, en el unico lugar donde lo pude dejar fue en Pabellón Polanco.

Ya en la tarde fui a recoger el coche para irme al gimnasio, que por cierto, ya se me había hecho tarde, y me dispuse a pagar el importe del tiempo de estacionamiento que use, pero los pinches cajeritos automáticos son bastante mamones y el billete mas grande que aceptan es el de 100 pesos, (yo llevaba uno de 500) asi que tuve que irme en chinga a ver donde lo podía cambiar, como nadie me lo iba a cambiar de gratis, tuve que comprar una revista en el Sanborns (cuando le pague a la cajera, me mento la madre con la mirada). Ya que por fin tuve cambio, la chingadera de cajero no sirvio, me fui a otro un poco molesto y tampoco sirvió, ya francamente encabronado por fin encontre uno que pudo despachar mi boleto.

Me apresure para no perder mas tiempo y me subí al coche, no habia nadie alrededor solo una pinche gorda culona intentando sacar algo (yo creo que era el costal de su cema ) de la cajuela de su pobre carro con la suspensión madreada (pinche gorda pesaba yo creo que mas de 100Kgs). Después de unos hábiles movimientos y estando practicamente fuera del cajón, se aparecieron como salidos del culo de la gorda, 2 viene viene que empezaron a tocar su pito (no, no se estaban agarrando el paquete, soplaron su silbato) para segun ellos ayudarme (no mames, no se que hubiese hecho si no llegaban), ya que estaba apunto de acelerar se acerca uno a mi ventana y me dice "Todo bien joven" y yo "Si claro, no lo hubiera podido hacer sin ustedes", creo que el viene viene no entendió mi ironía y como que tenia la intención de comenzar a estirar la mano esperando la generosa propina que naturalmente daria alguien que como yo, estaba tan contento por sus servicios. Lastima, pero no tenia cambio, jaja.

No se ustedes, pero la verdad a mi me caga tener que estarles dando dinero a unos gueyes que nomas están de monigotes quesque "ayudandote" diciendote las cosas que son obvias ¿Que creerán que uno es tan pendejo que estando en un lugar donde la única direccion a donde me puedo mover es hacia atrás, necesito a alguien que me lo diga? "Ahh no mames, hacia enfrente esta el pinche voladero, no puedo avanzar!!, ¿que hare?, ¿que hare?". ¿Que cuando ya estoy fuera del cajón, me diga que avance? "Ay, gracias cabron, si no me dices yo me hubiera seguido pa'tras y hubiera chocado con los otros carros, gracias, GRACIAS!!!". Habran varias damitas y uno que otro pendejo que si los necesiten, pero creo que el 97.12 % de las veces son una espina clavada en el testículo derecho. Hay que reconocerles que tienen ciertos talentos de ilusionismo por que los son invisibles cuando llegas, pero aparecen de la nada cuando te vas, ademas de la paciencia de tener un pito en la boca durante tanto tiempo (a la mejor eso es lo que les late de su "trabajo"). Después de cierto tiempo yo creo que su cerebro funciona como el de los perros de Pavlov, que al escuchar el encender de un motor de un coche, les genera el reflejo soplar un pito, de echarse a correr y estirar la mano. Pero ni modo, es otra de las tantas cosas que tenemos que aguantar estando detrás del volante en esta nuestra hermosa Ciudad de la ejperanja.




Si hubiese estado un viene viene no hubiese pasado esta desgracia, maldición!

Notese que no hablo nada acerca de los viene viene de la calle ( a esos yo les digo dueños de la calle), esos son tema para otro post.